Yo no tengo un bombín
ni guitarra ni la voz rota
yo si hablo de putas quedo mal.
Yo no dibujo geniales metáforas
donde se retrata la vida todavía fresca.
Yo nunca hubiera llamado a una calle
Calle Melancolía, no sé escribir 19
y 500 era un billete azul.
Yo no sé cómo decir, cómo escribirte
cómo reirte, cómo cantar,
no sé inventarte ni todavía puedo
convertirte en poesía.
Mis versos son de ladrillo,
mis palabras de alquitrán,
mis sueños son pesadillas
y escribo libros de instrucciones.
Yo no puedo estremecerte
con una canción.
No, yo no soy Joaquín Sabina,
él lo canta y yo lo vivo.
Y es que yo soy un hombre normal.